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Muchos ven la palabra deporte como sinónimo de juventud pues, usualmente, es en esta etapa de la vida cuando el organismo está en plenitud de facultades para desempeñar una actividad física. Sin embargo, si bien en el deporte profesional esto es prácticamente una regla, como en muchos otros aspectos, también constituye un estereotipo que resulta fácil derribar, como lo demuestra un documental estadounidense del año 2016.
Se trata de Soñadores imposibles (Impossible dreamers), dirigido por Eric Goldfarb y Erik Howell. Este filme muestra las historias de personas de entre 60 y más de 90 años que practican alguna disciplina deportiva en Estados Unidos. Algunos de estos atletas se han dedicado a la actividad física desde jóvenes y la han continuado a través de los años, pero también están aquellos que siempre fueron sedentarios y, tras cumplir seis décadas de vida, se deciden a hacer deporte ya sea por salud o por romper barreras físicas y mentales que los bloqueaban.
Es así que en este documental vemos a mujeres y hombres de edad avanzada practicando halterofilia, caminata, natación, tenis, atletismo, golf, box y surf en búsqueda de mejorar su salud y autoestima, vencer sus miedos y formar una hermandad con otros veteranos atletas que comparten la misma pasión. Este trabajo fílmico sigue a través de los años historias de superación inspiradoras: vemos a “abuelos” realizando proezas físicas que muchos jóvenes ni siquiera se atreverían a intentar por temor al fracaso, apatía o indiferencia.
Otro punto importante al que apunta este filme es un hecho innegable: hoy más que en ningún otro momento de la historia hay gente mayor de 50 años en el mundo, hoy más que nunca se ha prolongado la longevidad de las personas, y el deporte constituye para los ancianos una opción ideal como rehabilitación de numerosos padecimientos, mejoramiento del estado de salud general, terapia ocupacional y sociabilización con otros individuos de edad avanzada.
Asimismo, este documental contribuye, a través de la disciplina, dedicación y esfuerzo de sus protagonistas, tanto en batallas personales como en competencias internacionales, a perderles el miedo a palabras como “anciano” y “viejo”, vistas y usadas por muchos como insultos hacia las personas que han rebasado cierta cantidad de años, a quienes ahora se les llama, de un modo más políticamente correcto, “adultos mayores”, “gente de la tercera edad” o “abuelitos” para no herir susceptibilidades. Sin embargo, como esta cinta nos muestra, al deporte no le importan las palabras para calificar a un atleta, sino los hechos en una pista atlética, alberca o gimnasio.
Pueden encontrar Soñadores imposibles en “Manzana TV” y esa otra plataforma de streaming que tiene un nombre parecido al de Optimus Prime, personaje de los Transformers, y conocer las historias de estos atletas viejos que no pretenden ser Michael Phelps ni nadie más, sino ellos mismos, forjar sus propias historias, vencer sus propios límites, demostrar que al deporte no le interesa la edad de quien lo practica, sino que se supere a sí mismo.