Entre las grandes rivalidades en el deporte blanco, el tenis, destaca la que se dio entre el sueco Björn Borg (1956), ganador de once títulos de Grand Slam, entre ellos torneos Roland Garros, y el estadounidense John McEnroe (1959), en cuyo palmarés figuran siete campeonatos individuales en torneos de la talla del US Open.
Los caminos de estos inmortales exponentes de la raqueta se cruzaron varias veces, pero la más importante se dio en 1980 en la final del torneo de Wimbledon, Inglaterra, uno de los más prestigiados del tenis. Y es precisamente este episodio trascendental de la historia de este deporte el tema de la película “Borg/McEnroe” (2017), estelarizada por Sverrir Gudnason y Shia LaBeouf, dirigida por Janus Metz y disponible en plataformas de video bajo demanda.
El duelo por el título del campeonato inglés causaba gran expectación porque enfrentaba a un Borg (Gudnason) que llegaba después de haberlo conquistado cuatro veces consecutivas, por lo que una quinta sería su consagración definitiva como el mejor tenista de la historia hasta entonces. Por su parte, McEnroe (LaBeouf) tenía un talento excepcional y una carrera en ascenso en la cual ya había vencido al sueco en algunos encuentros, por lo que aficionados y expertos veían en él a un oponente capaz de impedirle ganar Wimbledon nuevamente.
Además, sueco y estadounidense eran polos opuestos: Borg era un tenista cerebral, discreto, mesurado, no reflejaba en sus expresiones su sentir aun en los momentos más complicados; en cambio, McEnroe tenía una personalidad explosiva, era todo temperamento, rebelde, les reclamaba a los jueces cuando una decisión le parecía injusta, hacía rabietas en la cancha, insultaba al público y la prensa, lo que le agenció la antipatía de muchos.
Sin embargo, en este filme nos damos cuenta de que Borg y McEnroe no eran tan distintos como se pensaba, pues ambos, en su niñez y adolescencia, eran en extremo competitivos, la victoria les importaba más que nada y se frustraban enormemente cuando no la conseguían, al grado de tener actitudes violentas. La diferencia fue que Björn, con tal de jugar, a sus escasos quince años, con tenistas mucho más experimentados, aceptó reprimir la furia que lo dominaba con la raqueta en las manos.
Así las cosas, la cinta nos muestra el camino de los protagonistas en el torneo de Wimbledon de 1980 hasta encontrarse en la final, pero también, intercalada en este recorrido, la historia de cada uno en el tenis y los retos que enfrentaron para lograr su sueño de ser los mejores del mundo en su especialidad.
Tanto para los que sepan quién fue el vencedor de este combate de gigantes como para quienes deseen descubrir si Borg conquistó su quinto Wimbledon consecutivo o si McEnroe lo impidió, será interesante reflexionar sobre cómo el duelo que define quién se queda con el título, en realidad, no es el más importante: es solo la culminación de un esfuerzo de muchos años en el que cada punto, set y partido fue un paso más hacia la gloria.