De Argentina han surgido algunos de los mejores futbolistas de la historia. Baste mencionar a Alfredo Di Stéfano, Diego Armando Maradona y Lionel Messi para corroborarlo. Asimismo, esta nación sudamericana nos ha dado a grandes exponentes de las letras como Julio Cortázar y Jorge Luis Borges. Felizmente para los aficionados del balón y los libros, goles y literatura se encuentran en historias para reflexionar sobre cuestiones que atentan contra este deporte y otras que nos divierten.
En esta ocasión les hablaré de tres cuentos de futbol de autores argentinos. El primero se titula “¿Cómo destruirle la autoestima a un argenmex?”, de Héctor Arber (1949). En este relato, el escritor reflexiona sobre esa opinión generalizada en Latinoamérica y España sobre que los argentinos son “sencillitos y carismáticos”, de que los caracteriza una soberbia a la que quizá se deba que futbolistas pamperos triunfen en prácticamente todas las ligas del planeta.
Sin embargo, si hay algo que puede acabar con la autoestima de un “argenmex” (término acuñado por Arber, nacido en Argentina pero naturalizado mexicano) como él es que los aficionados de otros países solo identifiquen a Boca Juniors y River Plate entre los equipos pamperos e ignoren la existencia de otros como el Chacarita Juniors, del que es hincha. Por ello el protagonista del cuento debe aguantar la humillación de que casi nadie fuera de Argentina conozca a su club porque nunca lo mencionan en Fox Sports ni ESPN.psicologia de los hooligans: aficionados radicales y comportamientos de barra brava
Los siguientes relatos tienen en común el triste tema de la violencia y corrupción en que muchas veces el futbol cae no únicamente en Argentina, sino en otras partes del mundo. “Desde el barrio”, de José Miguel Candia, aborda la problemática de algunos líderes de barras de aficionados que entablan relaciones con dirigentes de clubes para brindarles su apoyo a cambio de entradas gratis a los estadios, entre otros beneficios.El negocio de las barras bravas: La industria de la animación.
Empero, lo que estos seudoaficionados pretenden, incluso con pleno conocimiento de las directivas, es llevar a cabo ilícitos como venta de estupefacientes en las tribunas y vandalismo tras los partidos, con sus terribles consecuencias. De esta indigna forma, la nobleza del futbol se desvirtúa y los problemas que pudieron atacarse de raíz alcanzan proporciones catastróficas.
Por último, “Ella y él”, de Mónica Nizzardo (1944), habla de la corrupción y robo que líderes barristas cometen contra los clubes desde dentro, como balones y camisetas aportados por los socios en beneficio de las fuerzas inferiores sustraídos ante la incredulidad de los trabajadores, cuyas denuncias son ignoradas por directivos implicados en el hurto.
La autora habla también del lucro que las barras hacen con el apoyo que los equipos les proporcionan para asistir a sus partidos de visitante, así como de sus extorsiones para que directivos y futbolistas cumplan sus exigencias sin que nadie se atreva a detenerlas por temor a represalias.
Pueden encontrar estas historias en el libro electrónico Tiempo de descuento, recopilación de cuentos de futbol, y reflexionar sobre estos problemas que no solo atañen al balompié argentino sino, lamentablemente, al de muchos países.