el rock de Pink Floyd y el automovilismo

Uno de los eventos deportivos más emblemáticos de México y del automovilismo internacional es la famosa Carrera Panamericana. Creada en 1950 durante el gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés como una forma de promoción turística para el país, esta competición, que sigue el formato de rally, de inmediato atrajo la atención de participantes y aficionados de todo el mundo y se convirtió en un clásico instantáneo.Íconos de la F1 a través del tiempo: automovilismo a toda velocidad

Este recorrido sigue el trayecto de la Carretera Panamericana durante 7 días a través de 3 mil kilómetros, aproximadamente, y en un principio arrancaba en Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, para terminar en alguna ciudad del norte de la República Mexicana, como Nuevo Laredo o Zacatecas, aunque a través del tiempo los puntos de inicio y llegada han cambiado. La historia de esta carrera legendaria se divide en dos etapas: la antigua u original, de 1950 a 1954, y la moderna, de 1988 a la fecha. La prolongada pausa entre ambas épocas se debió a accidentes mortales ocurridos durante la competencia.

En un principio, solo grandes armadoras estadounidenses participaban en la Panamericana; sin embargo, muy pronto se les unieron exponentes europeos de la talla de Ferrari, Mercedes Benz, Porsche y Lancia. Actualmente, los autos que compiten están divididos en 4 grupos y 9 categorías, que incluyen modelos de Turismo, Sport, históricos y de exhibición.

Fue en los años 90, durante la segunda época de la carrera, que esta recibió entre sus participantes a dos celebridades, pero no pertenecientes al mundo del deporte motor, sino al de la música. Fue en 1990 que dos miembros de la banda de rock progresivo Pink Floyd, el vocalista y guitarrista David Gilmour y el baterista Nick Mason, arribaron a tierras mexicanas para recorrer la legendaria ruta. Un año antes, el representante de la agrupación británica, Steve O’Rourke, se puso en contacto con los organizadores de la competencia para manifestarles el interés de los músicos por correr en esta.

Fue así que Mason, a bordo de un Lancia Aurelia B20 GT y acompañado por el expiloto Guy Edwards, llegó a la meta en octavo lugar. Por su parte, Gilmour no terminó la carrera porque, en su Jaguar MK2, sufrió un accidente donde su copiloto, el mismo O’Rourke, se fracturó una pierna, mientras que el cantante solo tuvo heridas leves. De esta aventura nació, en 1991, el documental La Carrera Panamericana, cuya banda sonora fue compuesta, obviamente, por Mason y Gilmour, aunque parte del material pertenece al disco de Pink Floyd A momentary lapse of reason, de 1987. Este filme resulta muy interesante porque muestra, además de comentarios de los músicos, una peculiar mezcla de los paisajes, pueblos, gente y folclor mexicanos con el rock progresivo de la banda.

Por último, cabe resaltar que Nick Mason es un gran coleccionista de carros de carreras. Posee unos 50 (aunque calcula que ha llegado a tener 300 a lo largo de su vida), entre los que se encuentran modelos de las marcas Ferrari, Maserati, Jaguar y Porsche. Incluso participó varias veces en la célebre competencia de las 24 Horas de Le Mans, con la que la Carrera Panamericana ha sido comparada.

Author: Jose Alejandro Carro
Redactor, escritor reflexionando sobre deporte y otras formas de comunicacion Profesional dentro y fuera del campo