Conseguir apoyo económico y emocional no siempre resulta una cosa sencilla para los atletas. Muchas veces, no solo deben luchar contra la indiferencia de sus entrenadores, sino contra la de sus familiares, con tal de continuar en la búsqueda de sus sueños. Esta situación, que numerosos competidores de diversas disciplinas viven día a día, es el tema de la película “Sarah prefiere correr” (Sarah prefere la course).
Esta cinta canadiense de 2013, dirigida por Chloé Robichaud y cuyos protagonistas son Sophie Desmarais y Jean-Sébastien Courchesne, narra la historia de Sarah (Desmarais), una corredora de media distancia de 20 años de edad que estudia en Quebec. El atletismo es la pasión de la joven, que forma parte del equipo de pista de su universidad pero cuya madre nunca ha demostrado mucho entusiasmo por la actividad deportiva de su hija, pues para ella el atletismo difícilmente le dejará a la chica un provecho económico para su futuro.
Cuando, gracias a su talento y disciplina, Sarah es invitada a formar parte del equipo de atletismo de una universidad de Montreal, las cosas cambian radicalmente en su vida. A sabiendas de que no tendrá el apoyo económico de su madre para mudarse, la muchacha busca opciones para perseguir su anhelo. Es entonces que Antoine (Courchesne), compañero suyo del restaurante donde ambos trabajan, le propone un plan que los beneficiará a los dos, pues él también desea salir de Quebec para cambiar de aires.
La idea de Antoine es que Sarah y él se casen para poder recibir la beca que el gobierno otorga a parejas de estudiantes. Es así que lo que en un principio le parecía una locura es visto como un plan viable por la corredora, quien finalmente acepta con tal de dar un paso adelante en su carrera deportiva.
Ya casados e instalados en Montreal, la pareja tiene bien claro que su matrimonio no es más que un asunto de conveniencia mutua y cada quien tiene la libertad para continuar con sus planes. Sin embargo, las cosas no resultan sencillas para Sarah, quien de un día para otro ve trastocada su existencia con exigencias de la vida adulta, además de adaptarse a la ciudad, competir contra corredoras más experimentadas y, sobre todo, enfrentar una antigua afección cardiaca que reaparece en el momento más inoportuno para poner en grave riesgo no únicamente su carrera deportiva, sino su vida misma. Por si todo esto fuera poco, las cosas se complican todavía más cuando, fruto de la diaria convivencia, ella y su marido por conveniencia comienza a experimentar sentimientos que no estaban contemplados en su trato.
“Sarah prefiere correr” está disponible en las diversas plataformas digitales de compra y renta de películas para que conozcan el desenlace de la historia de una chica que, como muchos jóvenes de su edad, lo único que tiene claro en medio de su confusión ante lo que la gente espera de ella, es la gran pasión que su deporte le despierta.