Un lugar común relativo a la vida intelectual es el de, por ejemplo, imaginar a los escritores como personas sedentarias que nunca se levantan de su mesa de trabajo, con toda la atención puesta en la pantalla de la computadora o sumergidos en la lectura de innumerables libros, ocupaciones por completo opuestas a la actividad física exigida por el deporte, razón por la cual se consideran, erróneamente, disciplinas incompatibles.
Sin embargo, este mito queda abolido cuando precisamente la actividad física sirve de inspiración para la escritura y como una forma de liberación en medio de un estilo de vida que no solo atrofia los músculos sino también el espíritu. Sarah prefiere correr” cine deportivo, amor y running
Triatlon: 3 deportes en armonía
Es por ello que en esta ocasión quiero hablarles del libro El sermón de la montaña. Un sueño imposible por las barrancas de la vida, de la escritora cubano-mexicana Gabriela Guerra Rey (1981). En esta obra, la también novelista cuenta en primera persona su experiencia en dos deportes que han marcado su destino: las carreras de fondo y el alpinismo. A través de las páginas de este ensayo conocemos cómo es que la autora se inicia en estas disciplinas después de toda una vida de inactividad física, tabaquismo y padecer asma.
Es en su natal Cuba donde, sin saber que este hecho cambiaría su destino, comienza su ascenso a las montañas, en una historia de amor por alcanzar diversas cimas de América que la ha llevado a Perú y Bolivia, por ejemplo, y tenido su máxima expresión en México con la Mujer Dormida, el Iztaccíhuatl, cuyos más de 5 mil metros de altura ha recorrido en varias ocasiones, no exentas de peligro.
Guerra también relata el giro que dio su existencia cuando un día cualquiera, en busca de hacer a un lado la monotonía y el hartazgo, se fue a un gimnasio, lo que representó el inicio de su historia en las carreras de fondo. Esos primeros kilómetros no solo fortalecieron sus piernas, pulmones y corazón: también su alma, en un camino que incluye participaciones en el Maratón de la Ciudad de México, el Medio Maratón de Buenos Aires, el de La Habana e incluso el recorrido que dio origen a esta competencia: el de Atenas, Grecia, que sigue la ruta original efectuada hace siglos por el soldado Filípides para avisar a los atenienses de la victoria de la ciudad de Maratón sobre Esparta, tras lo cual cayó muerto. Running y literatura: “Hellena de todas partes”
No obstante, para Gabriela, como para muchos otros fondistas, 42 kilómetros no son suficientes y buscan distancias mayores, como los ultramaratones. Por ello, la autora comparte en esta obra sus historias por las majestuosas Barrancas del Cobre, en Chihuahua, y de los asombrosos rarámuris, los mejores corredores del mundo, en la célebre carrera Caballo Blanco, punto de reunión de atletas internacionales.
El sermón de la montaña representa una íntima e inspiradora mirada al deporte de aventura, a la belleza de los paisajes vistos desde la cima y durante el arduo ascenso, a la increíble Sierra Tarahumara, al descubrimiento o redescubrimiento de paisajes urbanos mientras debajo de nuestros pasos se deslizan los kilómetros, pero también una reflexión sobre el aislamiento padecido por esos atletas de pies alados que son los rarámuris y la superficialidad y egoísmo imperantes en muchas personas en momentos cuando deberían prevalecer la solidaridad y el compañerismo en medio del peligro.
Este ensayo constituye un testimonio fehaciente de que, más allá de romper marcas personales o convertirnos en atletas profesionales, lo importantes es romper los propios límites, físicos, mentales y espirituales, para ser mejores seres humanos.
El sermón de la montaña, de Gabriela Guerra, publicado por Editorial Aquitania Siglo XXI, está disponible en versión impresa y electrónica en Amazon, donde también pueden encontrar mi libro de cuentos El oficio de los sueños, igualmente en ambas versiones.