Indudablemente, el deporte va más allá de su papel como entretenimiento y actividad física para convertirse en factor de unidad e identidad. Tal es el caso que nos presenta la película de 2009 “Invictus” (también conocida como “El factor humano”), estelarizada por Morgan Freeman y Matt Damon y dirigida por Clint Eastwood.
La cinta está inspirada en una etapa de la vida de Nelson Mandela (1918-2013), histórico activista y político sudafricano que fue presidente de su país de 1994 a 1999 y luchó contra el apartheid, sistema de segregación racial vigente en Sudáfrica durante décadas y llegó a su fin en esa nación en los 90, ya con Mandela en el poder.
“Invictus” nos muestra la salida de Mandela (Freeman) de la cárcel tras haber sido preso político treinta años para poco después ser elegido presidente de Sudáfrica en los primeros comicios libres en el país. El mandatario busca la reconciliación y unión nacionales, y una de las maneras que idea para conseguirlas se da a través del deporte, en específico el rugby.
Durante muchos años, los Springboks, como se conoce al seleccionado sudafricano de rugby, ha representado para la mayoría negra de la población un símbolo de la opresión y racismo ejercidos por la minoría blanca, privilegiada en todos los aspectos; es por ello que, en los encuentros del equipo, integrado casi en su totalidad por jugadores blancos, los aficionados negros siempre apoyan al rival. Cuando Mandela llega a la presidencia, proponen eliminar nombre, escudo y color verde característicos de los Springboks para erradicar ese símbolo opresor del pasado.
Decidido el punto, para sorpresa de todos, sobre todo de su equipo por ocuparse de un asunto en apariencia tan poco prioritario como el deporte, Mandela solicita dar marcha atrás a la decisión. Su argumento: en vez de exacerbar aun más la discordia entre negros y blancos con la eliminación de algo tan significativo para estos, se debe fomentar la idea de que el conjunto representa a todos por igual.
La oportunidad perfecta de enaltecer la unión sudafricana y el perdón entre toda la población llega con la Copa Mundial de Rugby de 1995, cuya sede precisamente es Sudáfrica. El gran problema para conseguir el apoyo popular para el equipo es su pobre desempeño: los pronósticos para los Springboks no son nada halagüeños al enfrentar a conjuntos tan poderosos como Inglaterra y Nueva Zelanda, por lo que Mandela debe idear una forma para que el seleccionado sudafricano avance en el torneo y se convierta en factor de identidad nacional.
Para ello habla con el capitán de los Springboks, Francois Pienaar (Damon), y juntos descubren que deporte y política tienen mucho en común, como convencer con el ejemplo, ir más allá de las propias expectativas y jamás rendirse por muy adversas que parezcan las circunstancias.
“Invictus” está disponible en “Manzana TV” para que aprecien una vez más cómo el deporte puede ser una poderosa herramienta de unión nacional y fomentar valores universales que contribuyen a formar mejores seres humanos.