Los deportes de contacto, en específico las artes marciales mixtas, para muchas personas sólo equivalen a agresión y violencia. Sin embargo, tienen un lado emocional que pocas veces es tomado en cuenta por sus detractores, el cual es canalizado a través de la fuerza y energía empleadas en estas disciplinas.
Ejemplo de esto es una película de 2008 estelarizada por Sean Faris y dirigida por Jeff Wadlow: “Rendirse, jamás” (Never back down). Esta cinta nos presenta la historia de Jake Tyler (Faris), un joven preparatoriano recién llegado a Orlando, Florida, que pronto alcanza popularidad en su nueva escuela por un hecho nada afortunado: en un partido de futbol americano donde taclea a un rival, este, frustrado, provoca a Jake aludiendo a la muerte de su padre, lo que causa la violenta reacción del muchacho, que golpea y pone fuera de combate a su contrincante, con la previsible batalla campal entre los dos equipos. Todo esto es registrado en un video que, subido a internet, despierta la admiración de los compañeros del protagonista.“Herida”: una película de artes marciales mixtas
Es así que Tyler, por sus evidentes aptitudes para el combate, es invitado a integrarse a un torneo clandestino de peleas de artes marciales mixtas llamado Beatdown, cuyo campeón, Ryan McCarthy (Cam Gigandet), ante la creciente fama del nuevo estudiante, está empeñado en demostrar que nadie le puede quitar la etiqueta del chico más popular del colegio.
Pero Jake, aunque demuestra coraje en sus combates, está lejos de tener el nivel necesario para derrotar a un semiprofesional como Ryan, por lo que busca la ayuda del entrenador Jean Roqua (Djimon Hounsou), retirado luchador de artes marciales mixtas y de disciplina férrea.
En los duros entrenamientos en el gimnasio de Roqua, Jake hace más que prepararse para el combate contra Ryan: es a través del deporte y la disciplina que logra descargar la frustración y enojo que siente por la muerte de su padre, ocurrida por conducir en estado de ebriedad, hecho que el joven pudo haber evitado y no hizo y es la causa, pese a ser un buen estudiante e hijo, de su inestabilidad emocional, que lo ha llevado a constantes pleitos y cambios de escuela.
Con la guía de Roqua, Jake Tyler aprende no sólo a tener el control de un combate, sino el de su propia vida, a ver las cosas con la calma necesaria para tomar las mejores decisiones aun en las circunstancias más complicadas y no dejarse llevar por la ira. Cuando las cosas para el protagonista parecen ir por buen camino en todos los aspectos, decide no participar en el Beatdown, pero Ryan, su gran rival, no permitirá que lo deje plantado para decepción de sus admiradores, por lo que busca la manera de obligarlo a pelear…
Pueden encontrar “Rendirse, jamás” en la plataforma de “Flitnex” y apreciar cómo las artes marciales mixtas contribuyen a apaciguar a esos chicos furiosos que, como menciona el entrenador Roqua en una escena, se sienten menos furiosos tras salir del gimnasio.