A lo largo de la historia, el deporte ha sido sinónimo de honor, superación, fraternidad, disciplina, compañerismo, honradez, salud y otras virtudes que se busca inculcar entre quienes lo practican incluso desde niños, pues no existe nada que eche raíces más profundas en el alma y carácter de una persona que aquello que se aprende en la infancia.
Sin embargo, en esta época, a pesar de que el deporte sigue siendo todo lo antes mencionado, somos testigos de cómo ha caído en una frivolización por parte de cierto sector de la prensa especializada que, contrario a lo que ocurría hace unos años, ya no sólo se preocupa por exaltar lo positivo de las diversas disciplinas deportivas, sino también de llenar sus espacios con chismes, escándalos, dramas y tragedias de reconocidos atletas, y también de no tan reconocidos siempre y cuando su situación despierte el morbo de la gente y la haga comprar un periódico o visitar una página de internet.
Es así que, en los últimos años, nos enteramos de situaciones de índole estrictamente personal donde los deportistas quedan mal parados ante el público. Al más puro estilo del periodismo de espectáculos, las intimidades de los héroes de la afición son expuestas en la misma o mayor dimensión que sus logros en la cancha, pista, alberca, ring o cualquier otra superficie donde desarrollen su actividad.
De esta forma sabemos que, por ejemplo, se filtraron las fotografías que un famoso boxeador se tomó desnudo para enviárselas a una chica, que determinado futbolista enfrenta una demanda por una paternidad no reconocida o la disputa de la patria potestad de un hijo, que otro fue acusado de abuso sexual cometido hace unos años, que un reconocido exfutbolista está en medio de un escándalo por un video íntimo que incluso le costó su matrimonio, que un popular clavadista entregó un anillo de compromiso de cientos de miles de pesos, que un jugador de futbol americano es acusado de acoso por varias mujeres, que una gimnasta abandonó su deporte para filmar películas para adultos, que un exfutbolista histórico le es infiel a su esposa con una comentarista deportiva… Y los ejemplos siguen.
Es triste que ciertos medios dejen de lado la cobertura realmente deportiva, la crónica de los partidos y competencias, la preparación de los atletas para sus eventos, y prefieran exhibir el lado oscuro de los ídolos en lugar de mostrarlos como inspiración para sus seguidores. Claro que los deportistas son humanos y cometen errores, pero estos deben quedar en la intimidad y no expuestos por un simple afán de lucrar con el morbo.
Para evitarlo y que la prensa vuelva a ocuparse de lo importante, nosotros, como aficionados, debemos preferir aquella información que aborde lo meramente deportivo, revalorar el deporte como ejemplo y exaltación de diversas cualidades y hacer a un lado el morbo, que tantas veces mueve, para mal, la curiosidad y sólo sirve para que algunos lucren con la intimidad de las personas.