Desde hace unos años, la popularidad de los e-Sports, videojuegos basados en diversas disciplinas atléticas, como el futbol, el basquetbol y el hockey, por ejemplo, se ha incrementado notablemente. Los deportes electrónicos han alcanzado tal nivel en el gusto de gamers y público en general que ligas profesionales y federaciones internacionales apoyan competiciones de esta modalidad lúdica, como las poderosas NFL y la FIFA, esta última con su conocidísimo videojuego, que incluye equipos y futbolistas de todo el mundo, además de narraciones a cargo de famosos comentaristas. Incluso el Comité Olímpico Internacional ya reconoce los e-Sports como actividad deportiva y podrían llegar a los Juegos Olímpicos, quizá primero como disciplina de exhibición y luego como deporte oficial.
Sin embargo, a pesar de su enorme arrastre y millonarias ganancias para la industria de los videojuegos y la deportiva, los e-Sports también tienen muchos detractores, quienes no consideran que una actividad realizada desde la comodidad de un sillón tenga mucho de deportiva, sin importar su popularidad ni riqueza generada. Además, ¿cuántos gamers pueden dar el salto de las consolas a las competencias reales, lo que demostraría con argumentos sus aptitudes atléticas?
Este polémico punto de vista se aborda en una película de 2023 inspirada en una historia verdadera. Se trata de Gran Turismo, dirigida por Neil Blomkamp y estelarizada por Archie Madekwe en el papel de Jann Mardenborough, piloto de carreras profesional cuya trayectoria dio inicio precisamente a través del videojuego Gran Turismo, simulación hiperrealista de competencias automovilísticas para Play Station desarrollada por la compañía Polyphony Digital y dada a conocer en 1997.
En esta cinta atestiguamos cómo fue que Mardenborough siempre fue un gran aficionado del automovilismo y cómo, a través de un concurso lanzado a nivel mundial para encontrar al mejor jugador de Gran Turismo y darle la oportunidad de convertirse en un verdadero corredor, pudo cumplir su sueño de enfrentarse a profesionales en las mejores competencias internacionales. En 2011, este gamer británico, gracias a sus interminables horas de práctica en el videojuego, calificó junto con otros jóvenes para ingresar a la GT Academy, de donde salió triunfador, por lo que tuvo el apoyo de la escudería Nissan para demostrar que podía pasar con éxito del volante de simulación al auténtico.
No obstante su talento, Mardenborough tiene que enfrentarse no solo al menosprecio de sus rivales en la pista, sino también al del equipo asignado para introducirlo al mundo del automovilismo profesional, pues para ellos resulta imposible que un jugador de Gran Turismo tenga idea de lo que representa una carrera de verdad, la presión, concentración, preparación física, peligro para la propia vida y la de otros que el deporte motor conlleva. Así las cosas, el joven novato tendrá que demostrar su valía para obtener un contrato como corredor profesional con Nissan, pero también para convencer al mundo del automovilismo de que no es un intruso en la pista, aunque para ello deberá madurar como competidor y como persona y vivir cosas que en un videojuego no pasarían de ser una anécdota, mas en un auto real significan la diferencia entre la vida y la muerte.
Pueden encontrar este emocionante filme en plataformas digitales y tener nuevos elementos para participar en el debate sobre los e-Sports, simple diversión sin mérito físico para algunos, verdadero deporte para muchos otros.