Para todos los amantes del automovilismo, existe una película clásica que retrata a la perfección el ambiente que rodea a la carrera más famosa del deporte motor: “Le mans” (1971), protagonizada por uno de los actores más icónicos de la década de los 70, Steve McQueen, y dirigida por Lee H. Katzin.
Este filme está inspirado en la carrera más célebre del mundo de la velocidad, las 24 Horas de Le Mans, que se desarrolla durante junio en esa ciudad francesa a lo largo de todo un día, por lo que su nivel de exigencia es extremo. Surgida en 1923, pueden participar diversas escuderías con más de un vehículo, que debe ser conducido, en la época que retrata el filme, por una pareja de pilotos que se turnan al volante con la condición de no sobrepasar cuatro horas consecutivas de manejo ni catorce de las veinticuatro de la carrera. La dupla vencedora es aquella que mayor distancia logra recorrer en el tiempo total de esta demandante competición.
Esta cinta tiene como protagonista a Michael Delaney (McQueen), experimentado piloto que regresa a Le Mans luego de que, el año previo, no pudiera completar la carrera por un accidente sufrido por su compañero Piero Belgetti, lo cual le costó la vida. Este trágico incidente provoca que su ahora viuda, Lisa, experimente una animadversión por las carreras de autos; sin embargo, ella está presente en Le Mans al año siguiente para apoyar al equipo de Porsche, escudería para la que corría su difunto esposo.
Cine y automovilismo: Ford v Ferrari
Es así que somos testigos del ambiente previo a la carrera. La expectación es grande a escasos minutos de las 4:00 de la tarde del sábado, cuando se dé el banderazo de salida de los poderosos vehículos, entre los cuales Porsche y Ferrari lucen como grandes favoritos para llevarse el primer sitio. Podemos ver la preparación de los pilotos a instantes de la salida, las dudas que surgen en los equipos sobre la estrategia a seguir en caso de lluvia en el circuito y la emoción del público presente en las gradas, que acabará tan agotado como los pilotos cuando, a las 4:00 de la tarde del domingo, vean a la dupla vencedora cruzar la meta.
Aunque Delaney marcha en los primeros lugares, un accidente en el que sale ileso pero donde el auto acaba destrozado parece impedirle cumplir su cometido de conquistar el triunfo. Ante el cuestionamiento de la viuda de su compañero de escudería, el veterano piloto explica la razón que los corredores tienen para continuar en la competencia a pesar de arriesgar la vida en algo que parece tan poco importante como una carrera: para ellos, nada existe antes ni después del banderazo de salida. Correr es lo más importante.
Pueden encontrar “Le Mans” en el canal de videos más famoso del mundo y vivir la emoción del deporte motor, que, aunque riesgoso, apasiona a los aficionados que experimentan la velocidad en el corazón a miles de revoluciones por minuto