En nuestros días, el deporte ha dejado de ser una actividad que sólo se practica por salud o diversión: es también un negocio bastante redituable que mueve miles de millones de dólares alrededor del mundo en diversas disciplinas. Por lo general, aquellos equipos de futbol soccer, americano, basquetbol o beisbol, por ejemplo, que manejan presupuestos multimillonarios tienen mayores probabilidades de armar cuadros competitivos que aspiren a obtener campeonatos.
Así las cosas, el deporte profesional se ha visto dominado en sus diferentes variantes por conjuntos que cuentan en sus filas con estrellas que acaparan títulos y aficionados que, al asistir al estadio o adquirir mercancías de su club, contribuyen a enriquecer sus arcas, lo que los convierte en auténticas empresas que amasan formidables fortunas.
Un ejemplo de esto puede verse en Ford v Ferrari (en México, Contra lo imposible), filme de 2019 nominado a Mejor Película en la pasada entrega del Óscar, protagonizado por Matt Damon y Christian Bale y dirigido por James Mangold. Basada en hechos reales, esta cinta nos presenta la lucha que la compañía automotriz Ford emprendió para derrotar a Ferrari en el mundo de las carreras, especialmente en las legendarias 24 Horas de Le Mans en 1966. Rebasada por sus competidoras, la armadora estadounidense diseña una estrategia que la hará ver como una triunfadora ante sus potenciales clientes: sin experiencia en el deporte motor, primero tratará de asociarse y después competir contra la experimentada Ferrari para desbancarla en las principales contiendas automovilísticas.
Para lograr su objetivo, Ford recluta a Carroll Shelby (Damon), expiloto y diseñador de autos, para crear un vehículo capaz de vencer a la compañía italiana al costo que sea. Para ello, Shelby le propone a un viejo amigo, Ken Miles (Bale), experimentado y controvertido corredor, ayudarlo a construir y conducir la máquina. Con recursos económicos prácticamente ilimitados y los mejores ingenieros del mundo, este equipo avanza hacia su meta, no sin dificultades, como la intromisión de ejecutivos que ven en Miles a alguien que no conviene a los intereses mercadológicos de Ford y prefieren a otros conductores.
En una lucha no sólo contra gente sin conocimiento del automovilismo, sino también contra cuestiones técnicas y desafíos propios del deporte motor, Miles y Shelby llegan a Le Mans con la misión de destronar a la poderosa Ferrari, en una historia llena de emoción que nos muestra un hecho hoy más que nunca presente en el deporte: la idea de que un presupuesto casi ilimitado es sinónimo de triunfos, pero, como afirma Shelby, el dinero no puede comprar una victoria, pero sí otorga la posibilidad; claro, siempre y cuando ese esfuerzo sea guiado por gente experta en la materia.
Pueden encontrar Ford v Ferrari en plataformas digitales de renta y compra de películas y apreciar el lado humano de esa lucha feroz que el deporte constituye no sólo por obtener la gloria de la victoria, sino también la riqueza económica.
Hasta la próxima.