El paso del deporte amateur o aficionado al profesional resulta crucial para la trayectoria de un atleta. Son de sobra conocidos los casos de deportistas que destacan en el mundo amateur pero, al transitar al de paga, tienen dificultades para mantener un nivel competitivo. Muchas veces, esto se traduce en el abandono de una prometedora carrera ante la frustración por no sobresalir de igual manera en el terreno profesional, sobre todo en una disciplina tan complicada como el box.
Es cierto que ha habido casosde peleadores que destacaron en el pugilismo amateur y después hicieron grandes carreras en el profesionalismo. Un ejemplo es Muhammad Ali (1942-2016), para muchos el más grande exponente de este deporte. Campeón olímpico en los Juegos de Roma 1960 (cuando estas competencias eran exclusivas para atletas aficionados) en la categoría de los semipesados, tuvo una brillante carrera profesional al convertirse en monarca de peso completo y una figura histórica. Otro caso es el de Óscar de la Hoya (1973), boxeador méxico-estadounidense ganador de la medalla de oro en los Olímpicos de Barcelona 92 en la división de los ligeros y, posteriormente, monarca en seis categorías profesionales.
Este importante paso de las peleas amateurs a las de paga es la inspiración para el relato “El Cacique”, del escritor argentino Marcelo Gabriel Guerrieri (1973). Esta es la historia de Amado El Cacique Rehue, destacado pugilista de categoría wélter que llegó al deporte profesional con gran éxito. Sin embargo, durante el desarrollo del cuento, se encuentra hospitalizado a la espera de ser intervenido del corazón. Mientras la operación se efectúa, el hijo del peleador espera noticias en el mismo gimnasio donde su padre comenzó su carrera; lo acompaña El Palito Esquiante, antiguo entrenador del Cacique que estuvo en su esquina en sus últimos cinco combates como aficionado y el primero como profesional.
Mientras tienen novedades sobre el estado de salud del pugilista, Palito le cuenta al joven cómo conoció a su padre, cuál fue la impresión que le causó al verlo por primera vez, su determinación para llegar a lo más alto de su deporte, pues Cacique incluso tenía una libreta donde llenaba páginas y páginas con la frase “Voy a ser campeón mundial”. Aunque las condiciones del protagonista del relato eran excepcionales, debió lidiar con su mente para alcanzar su meta porque, según narra su viejo manager, tenía sueños raros tras los cuales sobrevenían derrotas o, en medio de una pelea, soltaba palabras sin sentido, al parecer dirigidas a una extraña mujer aparecida inesperadamente. Si se quiere interpretar estas peculiares circunstancias, quizás aludan a las diversas dificultades que un atleta amateur debe vencer para triunfar en el profesionalismo.
Por último, Palito relata cómo fue el primer pleito profesional del Cacique, en medio de un gran evento boxístico y rodeado de una muchedumbre que al término de la pelea (nada fácil para el protagonista ante un rival muy inteligente y la misteriosa mujer que parecía ser su inspiración y una distracción) coreaba su nombre, en un anticipo de su legendaria trayectoria.
Pueden conocer el final de esta historia en el libro 12 rounds. Cuentos de boxeo, recopilación a cargo de Juan Marcos Almada y Mariana B. Kozodij, y reflexionar sobre las circunstancias que, en ocasiones, hacen tan complicado el tránsito del deporte amateur al profesional.