Uno de los tantos fenómenos derivados del deporte son las apuestas. Por mucho tiempo satanizadas, desde hace algunos años, en México y todo el mundo, existen casas de apuestas establecidas legalmente donde no solo se pueden jugar grandes sumas de dinero, sino también cantidades modestas por una gran diversidad de opciones: qué equipo ganará un partido de futbol, por cuántos goles, cuántos tiros de esquina habrá en total, si una pelea de box terminará por nocaut y en qué asalto, incluso de qué color será la bebida energética con la que el entrenador ganador del Superbowl será bañado para festejar el triunfo.
Sin embargo, también existe el lado oscuro de las apuestas. Siempre se ha sabido de los ocultos intereses que manipulan a atletas y entrenadores para inclinar la balanza a favor de quien corrompe el deporte para ganar fortunas. Escándalos por este motivo ha habido muchos a lo largo del tiempo y los aficionados seguramente los recuerdan.
Y es el escabroso mundo de las apuestas ilegales el tema de una película de la Época de Oro del cine mexicano protagonizada por un actor que también fue un deportista real. El filme es Dinamita Kid; el actor, Wolf Ruvinskis. De 1962 y dirigida por Federico Curiel, este drama nos presenta a Mario Lozano (Ruvinskis), un joven mecánico de un barrio popular de la Ciudad de México que está enamorado de Rosita (Begoña Palacios), una chica que solo busca salir de la pobreza a través del Huracán López (Armando Silvestre), campeón nacional de boxeo de peso wélter originario del mismo barrio. Este hecho y la presunción del Huracán provocan una rivalidad entre este y Mario, quien también tiene un talento innato para el pugilismo.
Aunque renuente al principio, Mario es convencido por un experimentado entrenador para convertirse en peleador profesional ante sus innegables cualidades. Con el objetivo de derrotar a Huracán y demostrarle a Rosita su valía, Mario, bautizado por sus amigos como Dinamita Kid, tiene una ascendente carrera que lo coloca en la antesala de la ansiada oportunidad de disputarle el título a su odiado rival.
Huracán López, por su parte, lleva tiempo descuidando su entrenamiento y dejando dudas en el ring debido a su decreciente desempeño; sin embargo, está confiado porque cuenta con el respaldo de Tony, un influyente promotor de box que mueve los hilos de las apuestas y corrompe a quien sea necesario con tal de conseguir el resultado más conveniente para él.
Cuando finalmente se da la tan esperada pelea entre Huracán y Dinamita, Tony intenta convencer a este para dejarse ganar, pues los pronósticos están a su favor y una derrota suya significaría grandes ganancias para quienes apostaran por el campeón. Dinamita se niega, pero el promotor está dispuesto a todo con tal de salirse con la suya.
Pueden encontrar “Dinamita Kid” en el canal de videos más popular del mundo y conocer el desenlace de este filme encabezado por Wolf Ruvinskis, legendario villano de numerosas películas mexicanas y quien, antes de iniciar su carrera en el cine, practicó lucha grecorromana, de donde dio el salto a la lucha libre profesional y compartió los encordados con figuras de la talla de El Santo, Blue Demon, Black Shadow y Gory Guerrero, entre otros míticos gladiadores.
Entre los personajes que Ruvinskis interpretó hubo varios boxeadores; de ellos se recuerda especialmente a Bobby Galeana, rival de Pepe el Toro en la cinta de este nombre, de 1952, donde, junto con Pedro Infante, protagonizó la que se consideró en su momento como la escena pugilística más violenta en la historia del cine.