La música forma parte del ambiente que engalana una competencia atlética de la magnitud de unos Juegos Olímpicos. Esta justa deportiva universal ha tenido temas compuestos exprofeso para servir como himnos de estos majestuosos eventos. En esta ocasión, recordemos los Juegos de Barcelona 92, que tuvieron no una canción oficial, sino dos, que resultaron imborrables: “Amigos para siempre”, interpretada por Sarah Brightman y José Carreras, y “Barcelona”, con las voces de Freddie Mercury y Montserrat Caballé.
La letra de “Amigos para siempre” (“Amics per sempre” en catalán y “Friends for life” en inglés) corrió a cargo de Don Black, mientras que la música fue compuesta por el renombrado Andrew Lloyd Webber, legendario productor de obras de Broadway como “Cats”, “Jesucristo Superestrella” y “El Fantasma de la Ópera”, entre muchos otros trabajos para teatro musical y cine. Con las voces de la cantante británica Sarah Brightman y el tenor español José Carreras, en la melodía destaca el sonido de la guitarra acústica, instrumento claramente identificado con España, así como el uso de las castañuelas, que relacionamos de inmediato con el flamenco, otro género musical típico del país anfitrión de aquellos Juegos; además, la canción tiene un arreglo orquestal que es el marco perfecto para el lucimiento de las voces de sus intérpretes.
La letra, en inglés, a excepción de la parte del coro, cantado en español y catalán, habla de una relación amorosa que va más allá de ese vínculo sentimental y trasciende a una amistad incondicional, lo que va muy a tono con el mensaje que siempre se trata de transmitir en unos Juegos Olímpicos: la fraternidad entre los pueblos del mundo, la armonía, la buena voluntad, la colaboración, valores que deben pasar de las naciones a las personas.
Por supuesto, “Amigos para siempre” fue un éxito que llegó a los primeros lugares de popularidad en varios países y permanece como un clásico que aún se escucha independientemente de su origen olímpico.
Por otra parte, “Barcelona” fue una colaboración entre el inolvidable vocalista del grupo Queen y la cantante de ópera española Montserrat Caballé. Cinco años antes de los Olímpicos del 92, Mercury, quien admiraba profundamente a la diva catalana, le propuso a esta trabajar juntos en un proyecto. De ese encuentro nació el tema, con letra y música de Freddie y Mike Moran; Montserrat fue quien propuso dedicar la melodía a la capital de Cataluña.
En su mayoría en inglés pero con partes en español, letra de la canción alude al momento en que Caballé y Mercury se conocieron en Barcelona y tiene, por supuesto, una intención operística, género de Montserrat, el cual era muy del agrado del roquero, y juntos logran una mezcla perfecta. Aunque no fue concebido originalmente para ello, “Barcelona” terminó siendo tema oficial de los Olímpicos del 92, un año después de la muerte del cantante de Queen; fue una de sus últimas grabaciones, llegó a los primeros lugares del hit parade y en la actualidad constituye todo un clásico.
Fue así que los Juegos de Barcelona 92 quedaron marcados como los Olímpicos con los mejores temas oficiales de la historia, pero no sólo por eso: también fueron un parteaguas por haber incluido por primera vez a atletas profesionales (antes sólo deportistas amateurs participaban en ellos), lo que permitió ver el espectáculo insuperable del Dream Team, el seleccionado estadounidense de basquetbol de la NBA, con Michael Jordan al mando, por ejemplo, y ni qué decir de su majestuoso encendido del pebetero olímpico, con un tiro del arquero Antonio Rebollo, hoy muy cuestionado pero cargado de belleza y originalidad y que provocó que en inauguraciones de Juegos posteriores siempre se buscara superarlo con encendidos cada vez más espectaculares y llenos de alardes tecnológicos, hasta llegar a la sencillez de Tokio 2020, donde se optó por un regreso a lo tradicional.