Para muchos, el deporte es una forma de vida. Sin embargo, en ocasiones, más allá de la retórica de la frase, esta se vuelve literal pues, para numerosos atletas, determinada disciplina representa su supervivencia.
Ejemplo de esto es una película de 2005 inspirada en una historia real: “El luchador” (Cinderella Man), dirigida por Ron Howard y protagonizada por Russell Crowe, quien encarna al boxeador estadounidense de peso completo James J. Braddock (1905-1974), cuyo periodo de actividad abarcó desde finales de los años 20 hasta mediados de los 30. Este drama se desarrolla en la época de la Gran Depresión, en 1929, la crisis económica mundial que marcó a toda una generación que sufrió los estragos del desempleo y la pobreza.
Y es en este ambiente tan desfavorable que la carrera de Braddock, luego de apuntar a grandes cosas, comienza un descenso que también perjudica a su familia, pues su esposa e hijos carecen cada vez más de lo mínimo indispensable para llevar una vida digna en medio de un barrio pobre de Nueva York.
El destino parece ensañarse con el pugilista no solo porque le es más difícil que antes conseguir un empleo temporal en los muelles en medio de decenas de hombres en la misma precaria situación: también porque, en las pocas peleas que aún tiene, resulta con una mano fracturada, lo que compromete gravemente su labor tanto cargando y descargando mercancías de los barcos como ante sus rivales. No obstante, su necesidad es tan apremiante que, a pesar del dolor y las dificultades, no tiene otro remedio para salir adelante que aguantar los golpes con los cuales la vida y sus contrincantes lo castigan.
Tras un vergonzoso combate donde no puede desempeñarse como él quisiera por su lesión, Braddock es suspendido por la comisión de box, lo que lo orilla a vivir situaciones extremas, como pedir caridad para pagar sus deudas. Luego de años retirado del ring, la suerte parece por fin sonreírle cuando le ofrecen un combate contra el segundo clasificado de los pesados, quien se queda sin rival a un día del enfrentamiento. Sin entrenamiento y más viejo pero recuperado de sus lesiones, Braddock regresa al encordado como clara víctima, pero grande es la sorpresa de todos cuando noquea a su oponente. Esto le da oportunidad de reivindicarse y ofrecerle una vida mejor a su familia.
Con su carrera de nuevo en ascenso, Braddock se convierte en un ídolo de la clase proletaria por su inquebrantable voluntad para luchar por su familia, por salir adelante en épocas oscuras, desfavorables, como el mismo pueblo hacía en medio de la Gran Depresión. Braddock encarna esa fuerza que sale de quién sabe dónde cuando se trata de sobrevivir aunque estemos en las peores condiciones, aunque los golpes estén acabando con nosotros porque, si nos dejamos vencer, también saldrán derrotados los seres que más amamos, y no podemos permitirnos eso.
Es esta lucha de Braddock ante la adversidad al enfrentar a rivales más jóvenes y fuertes que él la que lo pone en la antesala de la gloria cuando se gana la oportunidad de pelear por el título mundial de peso completo, al que parecía destinado al inicio de su carrera. Ante esta misión que se antoja imposible es que surge el mote que distingue al protagonista, quien aparentemente vive un sueño del que despertará pronto: Cinderella Man, Cenicienta masculina.
Pueden conocer el final de esta historia en las plataformas streaming y reflejarse en ella, pues todos, alguna vez, hemos tenido que luchar y no dejarnos vencer, más que por nosotros, por aquellos a quienes amamos.