Muchos son los ejemplos que nos muestran que la edad no constituye ningún impedimento para practicar un deporte. Antes bien, los años de la madurez pueden representar la oportunidad perfecta para iniciarse en la actividad física al ya no tener responsabilidades como el trabajo diario en una oficina o la crianza de los hijos, que demandan mucho tiempo que entonces puede dedicarse a mejorar nuestra condición atlética, incluso en casos donde la persona ha llevado una vida sedentaria.
Tal es el caso que nos presenta la novela “Hellena de todas partes” (Editorial Aquitania Siglo XXI), de la escritora cubano-mexicana Gabriela Guerra Rey (1980). Esta es la historia de Hellena y Tassos; ella es una joven treintañera que vive en París y que por casualidad encuentra, olvidada en un bar de la Ciudad Luz, una libreta que pertenece a Tassos, de cincuenta y tantos años. Es así que, identificada con los apuntes de ese hombre intelectual y solitario, Hellena lo contacta y entre ellos surge una entrañable aunque impersonal amistad que se desarrolla por medio de cartas.
Son muy diversas las historias y situaciones que transcurren en la novela, pero la que se relaciona con el deporte es aquella donde Tassos, hábil nadador en su juventud en su natal Grecia, se ve orillado a dejar esa actividad que tanto le apasiona por un ataque de tiburón en el que pierde una pierna. Muchos años después de ese episodio, siendo él ya un hombre maduro instalado en París, Tassos recibe un regalo que le cambia la vida: Homero, un perro con el que va a pasear al parque. Y son estas salidas, en las que el animal, lleno de energía, lleva casi a rastras a su nuevo amo, las que animan a Tassos a utilizar una prótesis (una pierna biónica, como la llama) para no quedar a la zaga de su compañero tras años de usar una “pata de palo”.Literatura para corredores: un cuento de Mónica Lavín
Durante esos paseos con Homero por el parque, Tassos conoce a un grupo de jóvenes corredores que lo invitan a unirse a ellos y lo inician en la práctica del running, primero cubriendo distancias cortas, en las que Tassos va dominando cada vez más su extremidad robótica y es acompañado por su perro, para finalmente llegar a correr el medio maratón y más tarde, como consagración de su aventura deportiva, el maratón original, el que se lleva a cabo en Grecia y es el mismo trayecto de 42 kilómetros entre las ciudades de Maratón y Atenas que cubriera el soldado Filípides, en el año 490 antes de Cristo, para informar sobre el triunfo de su ejército ante los persas, después de lo cual cayó muerto ante el descomunal esfuerzo realizado, episodio histórico que dio origen a la competencia que hoy conocemos.
Esta de Tassos es una historia que podemos reconocer en numerosos corredores que cubren distancias en compañía de sus mascotas, en aquellos atletas paralímpicos que nos demuestran que las limitaciones físicas no lo son para el espíritu ni el corazón y en las personas que, sin importar que hayan llevado una vida sedentaria en su juventud, deciden emprender la aventura deportiva a edad avanzada y alcanzan objetivos que nunca imaginaron.
Asimismo, la historia atlética de Tassos tiene su trasfondo verídico, pues Gabriela Guerra realmente corrió el maratón en Grecia, The Authentic, en noviembre de 2019 y es una apasionada de los deportes de aventura. Sea entonces el aspecto deportivo de “Hellena de todas partes” la puerta de entrada a esta novela, que aborda temas tan variados como la poesía, el amor, el terrorismo, la barbarie, los viajes y la historia, entre otros, y fue finalista de los Premios Ciudad de Badajoz, España, en 2020.
