El futbol, nuevo artículo de lujo

En la década de los 80, los aficionados al futbol en México podían ver todos los partidos de primera división por televisión abierta. Por supuesto, lo ideal era ir al estadio para apoyar al equipo preferido, pero los juegos estaban al alcance de cualquier fanático a través de las televisoras comerciales.

Cuando Hugo Sánchez, en esa época, triunfaba con el Real Madrid, incluso fue posible seguir la liga española en canales abiertos, y no solo eso: la Copa Europea de Campeones (hoy Champions League), Eurocopa, Copa América, Mundiales e incluso partidos de las ligas italiana, alemana y argentina se transmitían para deleite de aficionados interesados en el futbol internacional.

Sin embargo, con el tiempo, estos encuentros se hicieron exclusivos de la televisión por cable, excepto la Copa del Mundo, y fueron menos accesibles para la población en general. En los 90, la televisión restringida era una aspiración difícil de alcanzar para muchos aficionados deseosos de ver futbol de alta calidad.

A principios de este siglo, los duelos de ligas europeas y sudamericanas abandonaron definitivamente la televisión abierta, aunque torneos continentales como la Eurocopa y Copa América aún eran transmitidos en su totalidad por este medio. No obstante, para la Copa del Mundo Corea-Japón 2002, al menos en México, solo fue posible seguir algunos encuentros en canales abiertos, pues una cadena internacional tuvo en exclusiva los derechos de transmisión.

En la década pasada, con el surgimiento de las plataformas de video bajo demanda, el entretenimiento dio un giro definitivo: el espectador ya no necesitó que las televisoras le impusieran una programación, sino que ahora era posible elegir qué ver de entre una amplia variedad de películas y series, lo que puso en jaque a las grandes cadenas de siempre.

El balompié, por supuesto, no es ajeno a este cambio, y es así que hoy somos testigos de la “privatización” del deporte del pueblo por excelencia. Actualmente ya no es suficiente tener televisión por cable para ver todos los partidos de la liga mexicana, pues algunos encuentros ahora son transmitidos en exclusiva por nuevas plataformas que, no contentas con haberse quedado con, por ejemplo, la Champions, también limitan para un gran sector de los aficionados ver a su equipo favorito.

Para mucha gente que no puede ir a los estadios por cuestiones económicas o de seguridad por la violencia que a veces se genera en las tribunas, la televisión era la mejor opción para disfrutar de su deporte predilecto, pero actualmente hasta esas dos horas de alegría que el balompié regala son secuestradas por intereses comerciales.

En medio de una crisis económica internacional, para muchos seguidores del futbol resulta imposible contratar cada una de las plataformas o partidos exclusivos necesarios para tan solo ver a su equipo. Esto despierta en ellos un sentimiento de decepción al ser privados de esas horas que, en medio del tedio y cansancio de una dura semana de trabajo, representa un modo de distraerse de sus problemas cotidianos, hoy convertido en un artículo de lujo.

Author: Jose Alejandro Carro
Redactor, escritor reflexionando sobre deporte y otras formas de comunicacion Profesional dentro y fuera del campo