“El peso de cumplir con las expectativas”: psicologia deportiva y salud mental

Un deportista de alto rendimiento se prepara durante años, llevando un entrenamiento exhaustivo para ser parte de los Juegos Olímpicos, este tipo de entrenamiento es completamente integral, es decir, los acompañan especialistas en diferentes ramas vinculadas al deporte de alto rendimiento, cada uno de ellos cumplen una función determinada para el alcance de objetivos.

Este es solo un poco de contexto para comprender el grado de intensidad de preparación de esos deportistas que observamos por televisión y justamente en las pasadas olimpiadas esto quedó de manifiesto, la salud mental es completamente relevante a la par del estado físico. Este fue el caso de Simone Biles, gimnasta artística

Entre la trayectoria de Simone podemos mencionar sus siete campeonatos nacionales, campeona Olimpica en Rio 2016 y cinco veces campeona del mundo, por lo que era muy esperada su participación en Tokyo 2020, por consecuencia todas las medallas de oro posibles, con tan solo 24 años de edad ya tenía sobre sus hombros un gran peso de ilusiones colectivas, esas que no le perdonarían otro resultado.

La cuestión aquí es que ella ya no se sentía satisfecha con lo que estaba haciendo, en palabras de ella sentía que iniciaba una fuerte batalla contra sus demonios y que no podía contenerlos, a lo que la llevó a preguntarse por qué estaba aquí. Biles anunciaba que abandonaba la competencia, ya que no estaba preparada mentalmente para continuar.

Después de la competencia, Biles dijo que quería competir por ella misma pero sentía que todavía lo estaba haciendo por otras personas. Y agregó: “Me duele en el corazón, porque de alguna manera me han quitado de hacer lo que amo por complacer a otras personas”

Toda esta situación por supuesto ejemplifica el verdadero peso de nuestra salud mental y, en el mejor de los casos, dejar las expectativas de los demás en segundo plano.

Podría verse esto como un acto de cobardía y de inseguridad, pero si nos detenemos a observar detenidamente es completamente honorable, expresar nuestra salud mental al público es muchas veces inconmensurable. A esto puedo agregarle que la debida expresión de límites, manejo de estrés apoyado por el autoconocimiento es también de súper atletas.

En nuestro día a día, vemos muchas situaciones como estas relacionadas con el trabajo. Por ejemplo, una persona que estudió una carrera universitaria o ejerce una profesión para cumplir con las expectativas de la familia. O en las relaciones, ya que se nos impuso socialmente que casarnos es para toda la vida» y al no verse cumplidas estas expectativas podemos denominarnos unos auténticos fracasados, el miedo a pensarlo automáticamente nos trae de cerquita a la multireconocida pero pocas veces galardonada  “ansiedad”.

Nuestra salud física y mental están interconectadas. El cuerpo es el portavoz de la psique: cuando no nos estamos dando cuenta o no prestamos atención a la salud mental, el cuerpo encuentra la manera de detenerse y avisar

“Al final del día, también somos humanos, tenemos que proteger la mente en nuestros cuerpos en lugar de simplemente salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos”, concluyó Simone Biles.

Author: Elías Yah Ramayo